
Le apunto que hay muchas rutas que hacer, y a cual más fascinante, si bien lo normal es que haga mil planes, y luego sus chiquillos se nieguen a salir de la finca.
Para los muy andarines
Muy recomendable para senderistas, río arriba, simplemente siguiendo al río, y luego a un caminito que atraviesa la vía férrea al final de la estación de trenes del pueblo, perfectamente visible, se llega a la estación de Benaoján siguiendo un sendero bien delimitado muy estrecho, en la ladera del valle. Son unos 8 kilómetros, si bien al final tendréis la recompensa de llegar a la estación de Benaoján, un sitio preparado para el campeo, con bastantes ventas para comer, incluido un pequeño hotel -de lujo y mucho encanto-, cerca de la cueva del Gato. Se puede volver en tren, por lo que preved el regreso mirando los horarios.
No lo dude, haga este sendero, aunque no llegue al final y tenga que volverse. Se encontrará con unos paisajes y unos precipicios que le dejarán anonadado, y no existe peligro alguno -salvo que haga burradas, claro- .
Y si le gusta andar de verdad, haga el sendero que aparece en el mapa que hay abajo. Pasará por la Garganta de las Buitreras, y le aseguro que se quedará sin habla. Y encima, llegará a la estación de tren de Gaucín, donde hay varias ventas para hartarse de comer… y pillar el tren de vuelta, así que mire los horarios…
Senderos al pueblo
Tenemos dos rutas recogidas un folleto editado por el Ayuntamiento que hemos puesto en la primera foto. Vea el mapa, pero yo le voy a recomendar otra cosa. Vamos a ver. Salga de la finca por el lado donde están los molinos, y siga hasta encontrar el río. Tiene que subir por el caminito que comienza al poco de terminar el campamento Scout que hay justo enfrente del lago donde comienza nuestra finca. Hay un cartel que lo indica, que es la segunda foto que está puesta. Hay que tomar como guía al pueblo. Al poco de cruzar la vía de tren -tenga mucho cuidado- el camino se convierte en una antiquísima senda de piedra (¿romana?) que llega hasta el pueblo.
Ya repuestos con alguna cervecita en la plaza, a descender, tomando el camino del cementerio. Ahora la guía es el río, y cuando vaya acercándose, encontrará un montón de pequeñas huertas primorosamente cultivadas con profusión de frutales hasta llegar a la a la Estación, y allí podéis tomar otro refrigerio en el bar de la estación -Allioli- o el restaurante Quercu -comida selecta y rústica a la vez, al igual que en el otro restaurante que hay arriba en el pueblo-, y si quiere, también puede comer o tapear en la piscina municipal que tiene un bar también muy apañado. Y ya, cuando llegue al río, todo para abajo, hasta los molinos por la vía pecuaria. Toda la ruta supone unos 5 Km., se hace entre 2 y 4 horas, y no tiene peligro alguno, si bien, al estar cuesta arriba hasta el pueblo, si va con niños menores de 7-8 años, puede que le den la lata si no van bien mentalizados.