Excursiones por la Estación: Las Artezuelas
En lo más profundo del bosque donde nunca entra el sol, se encontrará con el nacimiento de un afluente de nuestro río en un paisaje mágico. Puede ir saliendo desde Villa Sandía por la carretera hasta el cruce de nuestro pueblo, o pase a la orilla de los molinos y suba río arriba hasta que se encuentre con el puente que atraviesa el río y pase por él a su otra orilla, allí hay una deliciosa y diminuta barriada entre las huertas y casitas hasta que llegue a una finca que parece que le corta el paso, pero que si mira bien, hay un sendero que empieza a mano izquierda. Sígalo y a algo menos de un kilómetro, le lleva al nacimiento. Para volver, verá algunos lugares donde el río se remansa, y donde -si el tiempo lo permite- se puede cruzar mojándose un poco. Recuerde que también podrá atravesarlo por el puente de la carretera, algo más abajo, y lo ideal es que vaya por un sitio, y vuelva por el otro. Tenga cuidado que hasta que no llegue a un sitio real e increíblemente mágico no habrá llegado. La mayor parte del año hay una cascada inmensa, y en los meses secos es un sitio fresquísimo con una vegetación lujuriosa. A pesar de que lo advertimos, algunas personas nos dicen que no es para tanto, porque confunden el lugar con algunas cascadillas y fuentes del camino -que está repleta de ellas sobre todo en invierno- y se vuelven poco antes de llegar. El camino bordea una montaña y es digno de una película de aventuras, pero es fácil y quedará fascinado. Y reitero reiterativamente: Hasta que no llegue a un sitio donde todo el mundo diga ¡¡¡¡¡¡AAAAAAAAAHHHHHHHH!!!!!, no habrá llegado.
